El reciclaje se sube a a las aceras en las calles de La Pola

Las recientes obras de reasfaltado de la travesía de La Pola han traído consigo una serie de cambios en el paisaje urbano. Entre ellas, una reordenación vial, no exenta de polémica, que ha conllevado la supresión de algunas plazas de aparcamiento en tramos como Hermanos Granda o Robledo. Como medida para paliar ese déficit de estacionamientos en la población se han retirado del asfalto los contenedores de reciclaje (no así los de basura común) y se han colocado sobre las aceras, un traslado que ha abierto el debate y que encuentra diversidad de opiniones entre los vecinos.

Mientras que para unos es una solución acertada, con la que los usuarios han ganado en comodidad, otros sacan la parte negativa de la reubicación de un mobiliario que ahora tiene que ser izado desde la distancia por las grúas pluma con las que operan los camiones del servicio de recogida, con el consiguiente riesgo de que se puedan causar daños a los vehículos que estén correctamente estacionados en la línea en la que se realiza el movimiento de esos depósitos. En este sentido cabe recordar que hace un tiempo se desprendió uno de los soterrados en la calle Luis Menéndez Pidal, cayendo desde unos tres metros de altura sobre el pavimento.

Los detractores también esgrimen que algunos de ellos limitan el paso y que los restos de papeles y plásticos serán habituales en torno a unos recipientes a los que se les ha dado más visibilidad. Lo dicho, el debate está servido.