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Salida sentido Oviedo. La Corporación desempolvaba una vieja reivindicación, aún sin resolver, que pide un tercer carril que permita incorporarse a la Autovía A-66 en sentido Oviedo en el acceso Sur. La reclamación se fundamentaba, entre otros argumentos, en el alto volumen de circulaciones que había derivado hacia el casco urbano de La Pola con la apertura de una superficie comercial en El Masgaín y en el paso habitual de camiones cargados con dinamita hacia el polvorín de Columbiello.

Hundimientos en el paseo fluvial. Un tramo de unos diez metros de la senda fluvial que transcurre entre el barrio de Chencia y El Sotón se hundía como consecuencia de la erosión causada por el agua y amenazaba con venirse abajo.

Césped sintético para El Sotón. La empresa “Obras y Pavimentos Especiales S. A.” era la elegida por la mesa de contratación para construir el nuevo campo de césped sintético en El Sotón. La firma madrileña había presentado una puja de 296.353 euros, lo que implicaba una rebaja de 80.441 euros sobre el precio de licitación con el que había partido el concurso. La actuación sería financiada a través del “Plan Leader”, la “Federación Asturiana de Fútbol” y por el Ayuntamiento.

Menores en bares. Patrullas a pie de la Guardia Civil llevaban a cabo una serie de “redadas” durante los fines de semana en diversos pubs para tratar de evitar tráficos de sustancias estupefacientes en las zonas de diversión juvenil y, también, para cortar la entrada de menores a los bares “de copas”. Los funcionarios identificaron a varios clientes de establecimientos hosteleros en horario de tarde para verificar su edad.

Fiestas en Campomanes. Campomanes contrataba a seis orquestas para animar las verbenas de Pascua, en la cancha polideportiva de “El Molín”: “Los Adrianos”, “Nueva Generación de Galicia”, “Tekila”. “K-Libre”, “Trío Ideas” y “Dúo Fusión”.

Un Antroxu con calidad, pero corto. El desfile del Antroxu 2014 por las calles de La Pola dejaba pinceladas de originalidad e imaginación, pero supo a poco al numeroso público que aguardaba en las aceras el paso de la comitiva carnavalesca. De hecho, el grupo más nutrido fue “la tribu” de niños, padres y profesores del Colegio “Jesús Neira”, transformados en indios y vaqueros para la ocasión. Una comparsa gijonesa, unos singulares moteros a lomos de unas “Harley” de pega o un dragón gigante, elaborado con botellas recicladas de plástico, fueron algunos de los conjuntos más aplaudidos.

Detenidos por robar cobre. Funcionarios del puesto de la Guardia Civil en La Pola detenían a siete individuos, residentes en Lena, Mieres y Gijón, como presuntos autores del robo de más de una tonelada de cobre. Según las investigaciones policiales, el cable procedía de la catenaria ferroviaria.

Candidatura de Campomanes. Un grupo de vecinas y vecinos de Campomanes conformaban una candidatura que concurriría a las elecciones convocadas para dirigir la Asociación “¡Tiempos aquellos!”. La lista estaba encabezada por “Loli” Martínez (en la actualidad portavoz del PSOE en la Corporación), a quien acompañaban María Rodríguez Muñiz, María de los Remedios Fernández, Isabel Rodríguez Suárez, Iván González, Daniel Esteban y Luis Manuel López Alvarez. La presidencia del colectivo había recaído desde sus inicios en el profesor José Ramón González Estrada, “Monchi”.

Solución para el cruce. Por otro lado, aunque sin abandonar esa parroquia, el representante de Foro en la Corporación, Juan Pablo Canseco, instaba al alcalde, Ramón Argüelles, a concertar una entrevista con el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, para desbloquear “de una vez por todas” la regulación de la travesía de la Nacional 630 a su paso por la población, un tramo para el que se reivindicaba una glorieta o, en su defecto, una red semafórica.

Autocaravanas en El Brañillín. La Estación Invernal “Valgrande Pajares” estrenaba un área de estacionamiento para autocaravanas. Lo hacía con una buena afluencia en sus primeras semanas en funcionamiento. Los usuarios de esa clase de vehículos demandaban al Ayuntamiento la habilitación de un espacio de esas características en La Pola, que se habilitaría más tarde, junto al Mercado de Ganados.

Con basura hasta la tarde. Residentes en las calles situadas más al norte de La Pola exigían una solución de urgencia para una molesta situación que se repetía periódicamente todos los lunes: el camión del “Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias” (“Cogersa”) que se encargaba de la recogida de la basura en el casco urbano se llenaba en el primer tramo de su recorrido con los restos depositados durante los domingos (jornada en la que el Ayuntamiento había suprimido el servicio para ahorrar costes) y tenía que irse a bascular a la planta de tratamiento ubicada en el polígono de Fábrica de Mieres, dejando sin vaciar los contenedores de áreas como las de Robledo o El Masgaín hasta más allá del mediodía.

La Llera, en parcelas. La firma gijonesa “Tresami Gestión Inmobiliaria” sacaba a la venta, en parcelas de distintas dimensiones, parte de La Llera, una superficie situada al norte de La Pola para la que en la década de los noventa se había anunciado un plan residencial que contemplaba la construcción de hasta medio millar de viviendas, unifamiliares y en bloques de pisos. La “crisis del ladrillo” echaría abajo aquel ambicioso proyecto. La oferta comprendía diez fincas, con unas tasaciones que oscilaban entre los 22.300 y los 480.000 euros.

Focos de vertidos “piratas”. Los servicios municipales de Medio Ambiente detectaban la proliferación de varios vertederos “piratas” de basura en puntos que habían sido objeto de una limpieza y de una restauración ecológica. La mayoría de esos depósitos ilegales se localizaban en las inmediaciones de núcleos de población, en márgenes de arroyos o en sitios apartados y de fácil acceso en vehículo.

Tapar “tragues”. La Dirección General de Minas comunicaba al Ayuntamiento que en el plazo máximo de tres meses una brigada taparía los “tragues” (socavones en el firme) provocados por las galerías subterráneas del antiguo “chamizu” “María Leonor”, en las inmediaciones de Carabanzo. Una delegación de la localidad había alertado del peligro que acarreaban tales hundimientos en pistas muy transitadas tanto por ganaderos como por aficionados a la bicicleta de montaña y al senderismo. Como medida de urgencia se había procedido a su señalización. Algunos de esos canales tenían una profundidad de más de 50 metros.

Polémica por el 1% cultural. Izquierda Unida (IU) y el PSOE dirimían un intercambio de acusaciones sobre el uso que se debía dar a la partida correspondiente al 1 por ciento cultural que el Municipio tendría que recibir como compensación por las obras de la Variante. Los socialistas culpaban al equipo de Gobierno de haber obstaculizado la concesión al proponer que el dinero aprobado para Santa Cristina se desviase al palacio de Faes, cuando ese torreón de Carabanzo no contaba con la catalogación de “Bien de Interés Cultural”. El alcalde, Ramón Argüelles, respondía que el monumento prerrománico pertenece a la Iglesia, “por lo que nunca hubiera sido posible sacar adelante el expediente”.

Aparcamiento en El Masgaín. Brigadas del departamento municipal de Obras acondicionaban un aparcamiento con capacidad para unos treinta vehículos entre el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) “Santa Cristina” y las viviendas sociales de El Masgaín. Además, se creaba un punto de anclaje para bicicletas, a cubierto, junto a la entrada al Polideportivo “Jesús Suárez Valgrande”.

Repliegue de las contratas. Las constructoras contratadas por el “Administrador de Infraestructuras Ferroviarias” (“ADIF”) se retiraban de la base que se había establecido en los aledaños del viaducto de San Blas, en Sotiello.

Cae un rayo en “El Molín”. La plantilla del Campomanes se llevó un susto de campeonato el martes 25 de marzo de 2014: los jugadores que entrenaba “Juanma” Castañón estaban preparando las tácticas para el siguiente partido en el campo de “El Molín” cuando cayó una tormenta de granizo y descargó un rayo a pocos metros del lugar en el que se encontraban. Los futbolistas corrieron a resguardarse en los vestuarios, sin que hubiese que lamentar daños personales, aunque, eso sí, con el pánico en el cuerpo.