Las ceremonias religiosas de la Primera Comunión atraviesan horas muy bajas en La Pola. Tanto como que en la actualidad comulgan una cuarta parte de las niñas y niños que recibían el sagrado sacramento hace una década, en que era necesario incluso establecer dos turnos en sendas misas para albergar a las familias en la Iglesia Parroquial de San Martín el Real. Si entonces rondaban el medio centenar, este domingo, 2 de junio, tan sólo salían una docena en la solemne procesión del Corpus Cristi por las calles del centro de la localidad, con parada en un altar improvisado frente a la Casa Consistorial.
Las causas de ese desplome habría que buscarlas en primer lugar en una progresiva caída de la población lenense, en buena medida propiciada por la marcha de familias jóvenes con hijos de esa edad hacia otros lugares en busca de una oportunidad laboral. Y también a la decisión personal de renunciar a un acto religioso, pero también con una alta carga social, que supone unos gastos que están fuera del alcance de muchas economías domésticas. Cabe indicar que el coste de organizar el evento, con el consiguiente banquete en un restaurante para los invitados, suele situarse por encima de los 3.000 euros.
En la fotografía, tomada por Flor del Castillo, niñas y niños que recibieron la Primera Comunión en La Pola en este 2024.
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