La visible degradación de uno de los símbolos más icónicos de La Pola

En agosto de 2003 comenzaba la instalación de lo que se había presentado como un símbolo icónico de La Pola. Con un diseño modernista, en forma de ola, en paralelo a la Autovía A-66, se postulaba para ser la imagen de la fachada de la población, un atractivo escaparate para los viajeros que entrasen o saliesen de la región. Sin embargo, 20 años después muestra una notable degradación. La marquesina que cubre el andén de la estación de autobús, en el barrio de Santa Cristina, precisa con urgencia de una restauración que elimine el óxido de su estructura metálica y de una limpieza en profundidad para retirar los restos de carteles y pintadas que embadurnan su color blanco original, como se puede apreciar en la fotografía que ilustra esta información.

La innovadora cubierta fue ideada por el arquitecto municipal, Manuel García, y la obra, sufragada por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras del Principado, tardó dos años en iniciarse. Fue adjudicada a la empresa “Tradehi” en un montante de 298.858 euros.

Con la modernización de la estación se buscaba que las líneas de largo recorrido llegasen hasta ese lugar para dar servicio a los usuarios lenenses, pero la dirección de la compañía “Alsa”, que monopoliza ese transporte, se negó a cruzar el casco urbano, al considerar que acarrearía un aumento significativo en los tiempos de sus trayectos, y siguió manteniendo “La Rotonda” como parada.

Mientras que otros rincones de la localidad han sido objeto de adecuaciones (se hizo popularmente famosa la sobrecarga de maceteros en las calles), la estación de autobús, en cambio, no ha sido objeto de mejora alguna en estos últimos años.