El auge de patinetes y bicicletas eléctricas urgen el encallado “carril bici” de La Pola

El auge que han cobrado los patinetes eléctricos y las bicicletas que disponen de un pequeño motor como ayuda para la propulsión urgen la habilitación del proyectado “carril bici” para La Pola, una iniciativa que en la anterior legislatura fue presentada por el equipo de Gobierno local, de Izquierda Unida (IU), como “vital” en la apuesta institucional por la campaña turística “Lena, Destino Ciclista”. La idea era canalizar una senda para esa clase de medios de locomoción a través de los dos ejes que cruzan el casco urbano de un extremo a otro, con un diseño alternativo al fallido canal que años atrás se pintó sobre el asfalto, entonces en paralelo a la línea de estacionamiento de vehículos situada en la margen derecha en el sentido de la marcha.

La irrupción de los patinetes en las vías públicas han disparado la necesidad de dar respuesta a un mecanismo hoy ya muy presente en las calles (sobre todo en las grandes ciudades) y que se rige por una regulación que todavía muestra notables lagunas y que varía en función de los ayuntamientos.

El “carril bici” de La Pola se fió a un “Plan de Movilidad Urbana Sostenible” (“PMUS”) que no acaba de arrancar y que contaba con una subvención europea, de 800.000 euros, la cual debía ser complementada por otra aportación municipal, de 200.000 euros. En él también se incluía el aparcamiento que se ha acondicionado en el solar del antiguo “Garaje Caspi”, junto a la Iglesia Parroquial, finalmente con tan sólo una decena de plazas, ya que el resto se ha destinado a área de ocio.

En la fotografía, un tramo de la calle Ramón Pérez de Ayala, en la que antiguamente hubo un "carril bici".