Las férreas razones a las que se aferran sus defensores para mantener la vía por Payares junto a la Variante

El futuro del centenario trazado ferroviario por Payares tras la puesta en marcha de la Variante pende de un hilo. Si bien desde instancias públicas se ha adelantado que seguirá prestando servicio durante 2024, los presagios sobre si continuará operativo a medio y largo plazo se tiñen de negro si se atiende a las declaraciones de determinados dirigentes políticos, quienes han manifestado que es inasumible mantener en funcionamiento esa infraestructura, jalonada en su recorrido entre Busdongo (León) y la localidad lenense de Puente de los Fierros por 61 túneles, la mayoría en un precario estado, que exigen una alta inversión anual.

Sin embargo, desde hace unos cuantos meses una plataforma lucha por la preservación de la denominada rampa de Pajares, “un patrimonio histórico de la obra pública” que sus integrantes no están dispuestos a que se pierda para siempre, máxime cuando evocan su trascendencia para la región durante 140 años (fue inaugurada en 1884). Y son varios los argumentos que esgrimen para conservarla. El primero mira precisamente al pasado, para subrayar el hito que supuso para Asturias su apertura, equiparable a la llegada ahora de la Alta Velocidad, recortando entonces los viajes de días a horas.

En segundo lugar se detienen en la audacia de su innovador trazado, una auténtica muestra de ingeniería, que se pone como ejemplo en congresos de expertos internacionales en obra pública. Asimismo, inciden en el papel que puede seguir jugando en las comunicaciones ferroviarias asturianas, como complemento a la Variante, bien ante posibles incidencias en la moderna conexión o para descongestionar sus tráficos, una alternativa que garantizaría en todo momento tanto el transporte de mercancías como de personas.

También proponen su utilización como banco de pruebas para testar nuevas máquinas o vagones fabricados en Europa. O como itinerario para trenes turísticos, una oferta que en ese valle, con unos parajes de impresionante belleza natural, encuentra un marco excepcional para su desarrollo.

Por su parte, la Junta de Castilla y León ha aprobado un acuerdo por el que exige mantener las paradas de la línea de ferrocarril en las estaciones de su vertiente, como mecanismo para fijar población en esa área rural.