Propaganda, postureo y despilfarro

Durante estas últimas semanas ha sido noticia en Lena la polémica generada por la decisión municipal de suspender la colaboración económica con las fiestas, dejando de pagar servicios tan fundamentales como las instalaciones eléctricas, que ahora tienen que asumir unas comisiones y unas asociaciones de vecinos de las que varias ya han anunciado que renunciarán a organizar verbenas en sus pueblos, por no poder hacer frente a los altos costes que se derivan de esa clase de eventos, como ha adelantado este periódico. Desde el equipo de Gobierno, ante la polvareda levantada, se ha emitido un comunicado en el que se fían posibles ayudas a una partida incluida en los presupuestos para el presente ejercicio, unas cuentas generales que tienen que contar con el respaldo de al menos una parte de la Oposición, dado que Izquierda Unida (IU) está en minoría en la Corporación. En definitiva, se recurre a una artimaña política, como otras muchas, en las que se descarga la responsabilidad hacia otros frentes, a los que se fuerza a dar el visto bueno a unos números que engloban inversiones y recortes con los que pueden no estar de acuerdo, utilizando como moneda de cambio que no se pierda un patrimonio inmaterial muy relevante del área rural lenense.

A estas alturas está más que constatado que la gestión económica durante la etapa de Genma Alvarez Delgado en la Alcaldía ha sido nefasta, generando una deuda tremenda, de más de 3 millones de euros, con gastos tan superfluos como la financiación de un supuesto concurso nacional de callos, promovido por una empresa gijonesa, del que han sacado rédito restaurantes de fuera del Concejo, la habilitación de un “auditorio”, el bautizado popularmente como “córner de Robledo”, que tan sólo ha servido para un par de encuentros de “cultura alternativa”, con unas pobres afluencias, o un marco, junto a la Iglesia, que no se sabe si es un parque, un aparcamiento o un “botellómetro”. Eso por no mencionar esas macetas gigantes, que al final han tenido que acabar amontonadas a unos metros del Mercado de Ganados (por cierto, ¿alguien sabe cuánto dinero supusieron?).

Y mientras se quitan cuatro perras a unas agrupaciones cuyo mayor lucro es mantener la tradición de festejar a sus patrones el propio Ayuntamiento promueve unas “Jornadas de bienvenida a la Alta Velocidad a Asturias” (desde el prisma local suena ridículo hasta el título), con las que cuesta entender qué se quiere demostrar. Es más, sería más acertado convocar una manifestación ciudadana en señal de protesta o reivindicación que cualquier charla. Porque hasta el momento lo único que ha traído a Lena la Variante del Pajares han sido graves destrozos, un tren inaugural que pasó de largo y un par de paradas en cada sentido que parecen programadas a posta para que no se suba nadie a los trenes. Junto con la promesa (como la de las ayudas a las fiestas) de una estación, para nada central de la región, a la que quizás se pongan cimientos algún año, así como un ascensor “panorámico” cuya factura eléctrica tendremos que abonar los lenenses (para ésta sí hay dinero), tras una “brillante” negociación de la Alcaldesa, aunque el beneficio sea para las compañías que exploten el tendido ferroviario.

Está claro que mientras se siga con políticas de propaganda y postureo saldrán fotos muy bonitas, pero poco más.

Avelino Llera (Director de LA VOZ DE LENA)