La senda que transcurre entre La Pola y Campomanes, con una longitud de unos 6 kilómetros en la suma de sus diferentes tramos, se ha convertido en una de las pistas más socorridas por los lenenses para caminar y la práctica del ejercicio físico. Usuarios habituales de esa calzada se han puesto en contacto con este periódico para denunciar su "absoluta falta de mantenimiento" (aportan un amplio reportaje gráfico) y para urgir una serie de actuaciones de mejora en su trazado.
Inciden los denunciantes en que en varios puntos la barandilla de madera que sirve como barrera de protección está derribada y que la calzada ha “pisado” en distintas zonas, abriéndose unas grietas cada vez más profundas, con el consiguiente peligro. De hecho, como se publicó en LA VOZ DE LENA, el Ayuntamiento tuvo que hacer frente a una indemnización a un cicloturista que se fue al suelo al encajar la rueda delantera de su bicicleta en uno de esos agujeros, rompiendo un reloj digital de alto valor económico.
“Es una pena que algo que utilizamos tantas personas se deje caer de esa manera”, lamentan. En la fotografía, una de las barandillas derribadas.
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