Piden una réplica del “carrín de Lisa” en el centro de La Pola, "un símbolo para generaciones de lenenses"

Durante más de tres décadas, allá por la segunda mitad del siglo pasado, fue testigo mudo de la evolución del centro urbano de La Pola, hasta la jubilación de su titular, Elisa Brito Pardo, en 1987, pero el “carrín de Lisa” sigue en la memoria colectiva de varias generaciones de lenenses. Tanto como que un grupo de vecinos se han dirigido a este periódico para pedir que se coloque una réplica de aquel quiosco en su lugar original, en una de las esquinas de los jardines de la Plaza Alfonso X el Sabio.

Consideran que su estructura se podría utilizar como punto de exposición de carteles de eventos culturales y festivos e incluso como taquilla para la adquisición de entradas para actividades que se desarrollen en el Teatro “Vital Aza”, en venta anticipada. “Recuperar el que había, si todavía se conserva, o hacer otro igual no supondría un gasto desorbitado y además de ser un elemento decorativo en un lugar tan visible se le podría dar alguna utilidad, además de evocar recuerdos de juventud a muchas personas de aquellas generaciones”, señalan.

El “carrín de Lisa” fue retirado el 29 de diciembre de 2005 por una brigada del Servicio Municipal de Obras tras varios requerimientos por parte del Ayuntamiento para que alguien acreditase su propiedad, sin que nadie diese respuesta. En un principio quedó depositado en una nave del polígono de El Masgaín. La Junta de Gobierno justificó su desmontaje por la ausencia de cualquier tipo de actividad comercial en el mismo desde hacía años, circunstancia que había derivado en su progresivo deterioro.

Atrás dejaba una larga historia, que había arrancado en los setenta, cuando Elisa Brito, natural de Santa Cruz de Mieres, sustituyó el pesado cajón con ruedas que había comprado en 1962 a una mujer llamada Eufrasia por una cabina fija, acristalada, con una puerta lateral, una ventanilla para atender a la clientela y con tejado de cinc, lo que permitía introducir una estufa en su interior para hacer más livianos los inviernos. Un carpintero con un taller en el barrio de La Caleya, conocido por el nombre de Daniel, fue el autor de su diseño.

En la fotografía, del archivo de Eligio del Castillo, el “carrín de Lisa” en su ubicación en la Plaza Alfonso X el Sabio.