La emotiva historia de una mujer que buscaba en Lena a su padre, quien había encarcelado a su madre por ayudar a “maquis” en la posguerra, publicada el pasado agosto en LA VOZ DE LENA, sigue sin tener un final cerrado. Aunque a raíz de aquel artículo la familia sí ha podido localizar a un varón con el mismo nombre, fallecido en Salamanca. Pero las dudas sobre si se trata de la misma persona continúan en el aire.
Recapitulando aquel estremecedor relato, que daría para escribir el guion de una película, una nieta de María Luisa Alvarez Seoane, de 71 años, se puso en contacto con este periódico para tratar de saber si el progenitor de ésta, al que se situaba en el concejo lenense, estaba aún vivo o en el caso de que hubiese muerto conocer dónde reposaban sus restos mortales.
Era el deseo de una mujer que afirmaba no guardarle rencor a su padre, de nombre Valentín González García y nacido en La Pola en 1923, que en la postguerra había trabajado como guardia civil infiltrado para el régimen de Francisco Franco y que en 1949 había recalado en Ricosende, un pueblo en la provincia de Ourense al que llegó pidiendo empleo como carpintero o labrador a cambio de comida. Se alojó en casa de Remedios Alvarez Seoane, quien probablemente tuvo con él un gesto de solidaridad que también le había llevado a ayudar a “maquis” que se ocultaban en los montes cercanos, huyendo de la represión franquista, y que acudían a su hogar para recibir cobijo y alimentos.
Valentín descubrió lo que estaba ocurriendo y denunció a Remedios y a otros de sus familiares, acusados del penado delito de “auxilio a bandoleros”, siendo todos ellos encarcelados en 1950. El 27 de febrero de 1951 nacía en prisión una niña, María Luisa Alvarez Seoane, fruto de las relaciones que su madre, de la que llevaría sus dos apellidos, había mantenido con Valentín durante el periodo en el que convivieron bajo el mismo techo. Remedios salió de la cárcel a finales de aquel año y se prometió a sí misma no contarle a su hija ningún dato sobre la identidad de su padre, rota por la terrible traición de un hombre del que es muy posible que hubiese estado enamorada y que había desaparecido sin dejar rastro.
Setenta años después ha aparecido algo a lo que la familia quiere agarrarse: en una búsqueda de defunciones en España, con la colaboración de un funcionario del Registro Civil, se ha localizado a una persona que también se llamaba Valentín González. Eso sí, a partir de aquí surgen las diferencias: éste no nació en 1923, sino el 21 de noviembre de 1924 (falleció el 17 de diciembre de 2011, en Salamanca) y como segundo apellido figura Díez y no García. Con todo, el alto nivel de coincidencia les hace albergar la esperanza de que podría tratarse de la misma persona y que tales cambios se deben a un error en las transcripciones de datos. “No sabemos cómo contactar con sus familiares para preguntarles si podría ser él, ya que es el único Valentín que encontramos”, señalan. Por ello, mantienen las líneas abiertas y agradecen cualquier mensaje clarificador, bien al teléfono 673817909 o al correo arantxarubioo@gmail.com. Sería la forma de poder pasar página en su vida.
En la deteriorada fotografía, a la izquierda, Remedios Alvarez, y a la derecha, María Luisa, en la actualidad residente en Bembibre (León).
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